Complejo de la basílica de San Hipólito
La basilica paleocristiana
Gracias a una afortunada campaña de excavación iniciada en 1970, en la zona adyacente al campanario románico de Sant'Ippolito salió a la luz una basílica cristiana del siglo IV d.C.
Las excavaciones han determinado que la zona había sido ocupada con anterioridad por otras construcciones; de hecho, bajo de la basílica se han encontrado algunos espacios dotados de sistema de calefacción, probablemente conectados a unos baños termales situados al noroeste. Más tarde, la zona fue ocupada por algunas sepulturas, que quizás formaban parte de la gran necrópolis de Portus. En esta zona fue erigido un primitivo edificio absidiado que posiblemente ya estaba dedicado al mártir Hipólito, según la tradición asesinado en el siglo III junto al canal de Fiumicino. Este pequeño edificio fue reconstruido a finales del siglo IV en forma de basílica de tres naves con pórtico frontal; destruida en el año 455 d.C. durante el saqueo de los Vándalos, fue más tarde reconstruida y luego ornada por el papa León III (795-816) con un espléndido ciborio, hoy reconstruido en el anexo Antiquarium.
En una fase posterior al siglo IX, los tres vanos de la fachada fueron tapiados y las tres naves internas fueron reducidas a una; en el espacio central se encontraba la schola cantorum, un recinto utilizado por los cantores durante ritos determinados, mientras que a su izquierda había un baptisterio de planta circular. Además, en el área presbiterial se encontró un sarcófago estrigilado que contenía los huesos de varias personas, y en el que se podía leer la inscripción "Hic requiescit beatus Ypolitus mar(tyr)". La iglesia se convirtió en sede del obispo de Portus en el siglo XI, pero en el XV cayó en ruina, para no ser más reconstruida.
En el contiguo Antiquarium, inaugurado con ocasión del Jubileo del 2000, se conservan el sarcófago de Hipólito, la inscripción al mártir y el ciborio de León III, reconstruido gracias a los fragmentos recuperados.